martes, 3 de abril de 2018

40ª Edición del CINÉMA DU RÉEL (I). Así empezó.




A veces, surgen oportunidades que un Cinéfilo no debe dejar escapar. Últimamente, ha sido así con la cuadragésima (¿Lo he dicho bien?) edición del festival de cine documental que responde al ampuloso título de Cinéma du Réel y que se celebra, en su inmensa mayoría de actividades, en la ciudad de París.

Eso de las oportunidades va por la conveniencia de los días de celebración de dicho festival, que, en su cita de este 2018, coincide casi de forma solapada con las fechas de las vacaciones de Semana Santa en buena parte de España, país de origen no sólo d´El Cinéfilo Ignorante, esto es: el que firma estas entradas, sino que se supone que 
también lo es el de buena parte de los lectores d´este blog.


Vaya semanita
Esas convenientes fechas se han extendido desde el 23 de abril, el llamado Viernes de Dolores, hasta el 1 de abril, que ha sido el Domingo de Resurrección.
Así, corría el mes de enero cuando nuestro Cinéfilo empezó a mover los hilos a fin de disfrutar al máximo de la convocatoria. Esto quiere decir enviar los correos electrónicos pertinentes para obtener la siempre ansiada acreditación de prensa y así disfrutar de las proyecciones en calidad de observador invitado, es decir, sin soltar un solo céntimo.

No pocas veces ha llevado a buen puerto este propósito El Cinéfilo Ignorante y ello ha creado en él una mezcla de gran satisfacción, especial goce y enorme agradecimiento a los concesionarios de tal favor. Esto ha sucedido en certámenes como el IndieLisboa de... Lisboa, o el FICUNAM de Ciudad de México entre otros.



¿Habrá cartel más bello?
¡Venga películas!


De lo bueno, lo mejor
Esta vez, toparíamos con unos organizadores bastante menos receptivos. Allá que fue la misiva electrónica solicitando las credenciales como acreditado de las que, sin rodeos ni tapujos, hablaba la propia página web del nombrado Cinéma du Réel.

Es curioso el funcionamiento de esto: primero se le admite al solicitante a la llamada Visitor´s Page, así: en inglés, y entonces es cuando este cree haberse convertido en el rey de los festivales del mundo. A la vez, dicen tramitar la correspondiente solicitud, de la que s´espera se atienda de manera favorable a pesar de la ominosa advertencia que se nos hace:



Votre demande d'accréditation pour la 40ème édition de Cinéma du réel a bien été prise en compte et sera étudiée dès que possible. (...)
Ce message ne constitue pas une acceptation de votre demande. La Direction du festival se réserve tout droit de décision sur la délivrance des badges.
Vous serez informé(e) de la suite donnée à votre demande dans les plus brefs délais.

O sea: que ya te avisaremos (si eso) y no te hagas muchas ilusiones. Estas fantasías van diluyéndose a medida que pasan las semanas sin que llegue aviso alguno. Con lo cual y a pocos días de dar comienzo el, ejem, evento, optamos por mandar un e-mail recordatorio siempre dentro del ámbito de la amabilidad a la europea para, finalmente, recibir la siguiente contestación:

Nous sommes au regret de vous informer que nous ne pouvons répondre favorablement à votre demande d’accréditation presse pour la prochaine édition de Cinéma du réel.

Vamos: que ya te puedes ir despidiendo de ver las pelis por la patilla. ¡Qué le vamos a hacer! El aficionado no desiste de tragarse cuantas más pelis mejor y, si hay que pagar, se paga.

El tiempo restante hasta la asistencia al festival se dedicará a intentar conseguir la programación. Bueno; pues no hay manera. Ya se sabe que las programaciones definitivas tardan lo suyo; se puede conocer el nombre de las tropecientas películas a cuya proyección se podrá asistir (o no), pero eso de saber qué día, a qué hora y en qué lugar podrán verse se guarda en celoso secreto hasta pocas horas antes del inicio del acontecimiento.


En este punto, no es excepción el Cinéma du Réel. Por mucho que se intenta localizar digitalmente la programación, a lo que más llegámos es a imprimir la del festival Visions du Réel, certamen que parece muy tentador y que se va a celebrar en Nyon (Suiza) y al que, ya de paso, dan muchas ganas de ir ...algún año d´estos.

Wow re-wow!
Llegó el día. Es el lunes 26 de marzo, primera jornada completa en qu´El Cinéfilo Ignorante permanece en la ville lumière y, al filo de las 17:30, se acerca al Centre Pompidou, lugar de proyección de la mayoría de los documentales y, como en éxtasis, contempla el mamotreto de hermoso cartel colgando de la original fachada del mencionado espacio cultural, en pleno centro de París.




¡Pedazo de banner!



Espera un momento, que hay vida detrás de las fachadas. Es cierto que el Centre Pompidou tiene por principal objeto la exposición de obras de las llamadas artes plásticas, pero sí: va más allá de eso: alberga, al menos, tres salas de proyecciones, que llevan los obvios nombres de Cinéma 1, Cinéma 2 y Petit Salle, la cual, por cierto, no es la más pequeña de las tres.

Aviso para futuros navegantes: uno puede hacer el primo queriendo acceder a las salas y también a la misma taquilla para sacar sus entradas. ¿Cómo? Haciendo la cola por donde entra casi todo el mundo a fin de ver el museo.


Puede hacer usted un poco menos el tonto situándose en la cola destinada al personal que sí que va a los cines y a otros menesteres especiales que ahora s´escapan de la mente d´El Cinéfilo. Sin embargo, puede usted hacerse el listillo aguardando el turno durante bastante menos tiempo si entra justamente en el lado contrario de la fachada, es decir: donde s´encuentra el acceso a la Bibliothèque del Pompi(dou). Así, no sean bobos y entren como si fueran a la Biblioteca, lugar desde el que, con extrema facilidad, se llega a todo los espacios d´el Pompi.



Los modernos también van al WC
La zona en la qu´el Festival se mueve a sus anchas es un sótano que no parece tal porque goza de una amplitud que ya quisieran para sí los espacios de la sala comercial de cine al que, con mayor frecuencia, acude el blogocinéfilo en su ciudad de residencia. 

Barra libre... de gente



Los modernos también comen


En esta zona subterránea, que alberga el Cinéma 2 y la Petit Salle, también tenemos barra aunque no del todo libre: cafés carillos, dulces a precio de oro, y menú del día a unos 12 euros por unas cantidades diminutas pero suficientes para aguantar paseos, esperas y películas. 

También hay dos salas de exposiciones con muestras llenas de cartelones y muy propias de la posmodernidad que no te abandona, y hasta unos amplios toilettes donde unos y unas se desahogan con cierto confort.                                                                                                                                                                                   
Momento siesta

 También en el sótano hay una serie de cómodos asientos donde repasar la programación, intercambiar impresiones con la gente d´El Mundillo, matar minutos muertos esperando a qu´empiece su siguiente peli y, en un momento dado, dormitar un poco o un mucho aprovechándose de los cómodos sillones por allí concentrados. Vamos: que en el sótano es donde está el famoso Ambientillo.

Más arriba, es decir: en la planta baja del Centro Pompidú, es donde se compran las entradas, cosa que no hizo nunca de manera literal El Cinéfilo Ignorante, ya que, desde el primer momento, se sacó su carnet válido para 10 películas, lo que le reportaría un sustancioso ahorro.

Es de justicia recordar que las entradas no son muy careras para todo un París: el precio normal es de 6 euros. Otra cosa es que te parezca infumable o escasamente atractiva alguna de esas películas para las que se usa una papeleta del talonario conocido como carnet. Pero también es verdad que, con un carnet para 10, cada proyección sale por un poquito menos de tres euros. Sin embargo, este Cinéfilo es muy Ignorante y acabarán sobrándole entradas.

En la primera planta y rodeada de objetos de arte que de tan moderno no se sabe de qué va, s´encuentra el Cinéma 1, con el cual se completan los espacios del Festival situados en el Centre Pompidou.

Hay otras dos salas allá afuera donde se pueden ver obras del Cinéma du Réel: se trata del cine Luminor Hôtel del Ville y de la Salle 300 en el Forum des Images, ambas situadas en los aledaños del mismo Pompidou.



¡A to´ confor!
Hasta ahí y exceptuando el asunto acreditación, todo bastante bien. ¡Viva el cine! ¡Viva... ¡el género documental!! ¡Vivan las ganas ver documentales maravillosos! ¡Jujuuuuu!

Y ya tiene en mente El Cinéfilo Ignorante cuál será la primera película. Bueno; las dos primeras pelis, pues se trata de una sesión doble cuyo contenido se desvelará en la próxima entrada de este su blog.