martes, 17 de abril de 2018

40º Edición del Cinéma du Réel (y VIII). Así acabó.


La ciudad de la luz, la llaman
Todo lo bueno se termina. Todo lo malo, también, y, entonces, hasta nos parece menos mal. Después d´esta disquisición de filosofía de saldo, se dispone El Cinéfilo Ignorante a dar por terminado su 40º Cinéma du Réel.

Se quedarán los programadores emitiendo dos días más, entregarán sus premios y menciones especiales y El Cinéfilo Ignorante se irá. Se irá con sus recuerdos d´este original evento y, como decía, se quedará con los mejores recuerdos. ¡Ah, sí! Qu´el palmarés está aquí.







Esto es lo que hay
Queremos más
Es el momento de hacer breve balance del Festival. Primeramente: no es un festival al uso empezando por el hecho de que el nombre del evento ni siquiera lleva incorporada una palabra tan celebrada como Festival. Después: no se han visto muchas películas pero sí las suficientes como para concluir que posee buen nivel sin llegar a una calidad extraordinaria.

Y también: que lo que aquí se muestran en este certamen o, por lo menos, lo que ha visto El Cinéfilo Ignorante, son obras carentes de la voz en off, es decir: la de alguien ajeno a los protagonistas de la historia en cuestión, no. La idea es rodar a los personajes, que son, en realidad, personas actuales y de la vida misma, y dejar que s´expresen. Atención, que, como todo lo que se pone de moda, se le asignado una etiqueta y parece que es... Cine Observacional. Como suena.

Así visto, puede estar bien o, por lo menos y con perdón de las connotaciones negativa de la palabra, interesante. Ahora bien: al no haber nada o prácticamente nada de trama ni tampoco de una actitud vigorosa o, al menos, explícita a favor o en contra de una opinión determinada, el espectador tiene que esperar a que acabe la película y ponerse a reflexionar elaborando sus propias conclusiones y olvidándose de que, en gran parte de aquella, se dan inevitables momentos tediosos, durante los cuales no es precisamente el momento ideal para la reflexión ni, mucho menos, para la valoración de una película.

Se ha evitado el término aburrido, ¿eh? porque viendo estas obras se llega a aprender y eso no debe equipararse al aburrimiento. Así, hay que darle las gracias al Cinéma du Réel por su labor docente, cual no es broma ni tampoco ironía.

Hay que decir que, en general, la organización del, con perdón, Festival ha sido impecable empezando por el bello librillo del programa, que se hizo de esperar pero mereció la pena siguiendo por la comodidad de las salas y terminando por la destacable amabilidad del personal, tanto los de taquilla, en la planta baja, como el de la barra así como la de los que informan en el stand que uno s´encuentra a nada de llegar al sótano donde se proyectan la mayoría de las obras.

Er Personahe
Hay que hacer mención más gente, claro. Está visto que, en todos sitios, nos encontramos con Personàhe. No se nos olvida el tertuliano que, si no llega a ser por el propio Cinéfilo Ignorante, pierde su valiosísima cámara y que gustó de piropear, vehementemente y hasta el final, la película que acababa de ver.

Queda, como queda dicho, tan buen recuerdo que 
incluso abrigamos buenos sentimientos hacia el director de la horrenda pero ahora resulta que tampoco totalmente insoportable Western, Famille et Communisme así como hacia Monsiuer Federico Rossin, el presentador de las pelis encuadradas en la sección Pour un autre '68, sí, el del foulard.

Bella portada
Hay que dedicarle un apartado especial a... el programa en papel. Sencillamente y visto ahora, con la perspectiva del tiempo y la comparación con el de otros festivales, es una maravilla. Mola mucho que, en la parrilla, se vea el número de la página en la que se da información sobre la película de turno. Mola todavía más que, al final de la publicación, figure una lista alfabéticamente de todas las obras que se proyectan. Sigue molando su diseño.


Índice de posibilidades


El lujo de detalles












Saquen las calculadoras: 237 : 60 = ...
En el librito, por cierto, se incluye la sinopsis o presentación de un documental en concreto que dura ... minutos. Bueno: véanlo ustedes mismos en la fotografía de al lado. Imaginen, que no es mucho imaginar, que también sigue la moda, o sea: todo observación y escasos cambios de ritmo, y aventúrense entonces a sacar conclusiones precipitadas a base de remover pre-juicios.

Los lugares a los que ha tenido acceso el redactor d´esta especie de blog para asistir a las proyecciones han sido de lo más bello. Ninguna sala era minisala deprimente aunque una se llamara Petit Salle. Es importante que las butacas hayan sido cómodas y que, así, hayan permitido reparadores cabezadas. También importa que no tapen la vista en exceso las cabezas de los espectadores de la fila situada justamente delante, virtud que estaba menos clara en el Cinéma 1.

A este respecto, la elección de Centre George Pompidou, a pesar de las colas al entrar, no puede estar más acertada. Y es que se podía aprovechar un hueco más o menos largo, para andar un trecho y asomarse al Sena.

Hay que mencionar, finalmente, el Cinéma du Réel como festival de festivales, es decir, como lugar de información o, si nos ponemos criticones, de publicidad de otros certámenes, normalmente dedicados al cine documental. Abundan los flyers que anuncian festivales no sólo de cine de no ficción sino de los más variados géneros y de cinematográfías que, a los que no somos de París, nos parecen muy exóticas.

Superflyer

Anverso



Reverso
¡Pedazo de flyer!
Otro bello flyer

    
Iraníes por el mundo








Y, por último, el periodiquillo Le Journal du Réel que se ha estado publicando casi todos los días: sencillo, legible y acertado a la hora de darle voz a los realizadores.




La prensa del día
A ver qué dicen los directores






















¿Repetiríamos? Después de recorrer otros festivales por esos mundos, sí, claro.
Así que... Merci à tous et à toutes!