miércoles, 6 de marzo de 2019

LAS 50 PELÍCULAS MÁS GUSTADAS DE 2018 (y VIII) . . La nº 1.

Ha llegado más tarde qu´en los demás galardones cinematográficos, pero ya está aquí la considerada como Mejor Película Vista en 2018 aunque no: no se lo vamos a poner tan fácil a ustedes, que tenemos la sana costumbre de hacer esperar con unos datos estadísticos para calentar motores, romper el hielo y alargar la llegada del gran momento.

En esta última ocasión, recogemos los datos sobre el género de Las 50 del año pasado y, fiándonos mayormente de la reputada film affinity y, en su defecto, de imdb además de algún caso inencontrable en el qu´el propio Cinéfilo Ignorante s´encarga de asignarle género a una de las 51, sí, 51 porque hay que recordar un ex aequo en el puesto 28º.

No vamos a disertar sobre lo subjetivo de la determinación del género de una obra cinematográfica, así, directamente, exponemos la lista correspondiente:

Dramas . . . . . .  28

Documentales . 14
Comedias . . . . .  3
Románticas . . . . 3
Thrillers . . . . . . . 2
Biografías . . . . .  1

¿Conclusiones? Las que ustedes quieran sacar, que ya sabíamos lo que nos gusta un buen dramón. Y los documentales, concepto muy del Ignorante que aquí escribe.

Ya está bien. The number one goes to...


1. THE DISASTER ARTIST 
(James Franco, 2017)




Para empezar engordando al mito, cumpliremos con el cliché de que Ha Sido Una Sorpresa que ganara esta peli, pero es qu´es cierto que, en las listas de ElBlogoCine, las comedias casi nunca han obtenido puestos altos: eso de que te hagan reír y, después, salir a la realidad y ver que esta no es precisamente lo que se dice divertida supone una decepción que, muchas veces, desvaloriza la obra cinematográfica que se creía llena de gracia.

The Disaster Artist escapa a eso porque, como no podía ser de otra forma, no es la típica comedia al uso. De hecho, los temas que toca son una profundidad que podría colarse en un dramón o un documental de lo más sesudo; la propia idea de la película, que no es sino contar la filmación de otra película, responde a las intenciones de un documental, género del cual, por fortuna, retiene ciertos tics si uno se fija un poquito.

¿Más temas? El primero, l´amistad, que no es cualquier cosa. Exagerando como le gusta hacer al Cinéfilo Ignorante, puédese decir que l´amistad es El Gran Asunto del Arte y que El Artista Desastre este se puede ver como una oda a l´amistad, afirmación bastante obvia por otra parte. Así que, en ese aspecto, ya empieza a verse muy bien.

Además: se aprecia, a lo largo de los 103 deliciosos minutos, la misma idea del arte, de lo que se considera como tal o de lo que se advierte con claridad que no lo es y que, así, se convierte en lo peor, es decir: en la peor de las pedanterías. ¿Pero lo pedante no es también...? ¿El uso de los tópicos? ¿La utilización, incorrecta y todo lo que tú quieras, pero utilización de símbolos presentes en la mayoría de las manifestaciones en la Historia del Arte? Y, encima, ¿es que no han oído hablar del arte basura?

Más: la locura, que también tiene tela. ¿No opinan que este es otro Gran Tema de las obras artísticas de toda el devenir de la humanidad? Algunas personas se nos aparecen como las típicas locas, pero dile tú al pretendido demente que no es un genio. Pregúntaselo a un tal don Quijote o recuérdaselo a uno que se llamaba Hamlet, que veía fantasmas y a fe suya que sí sabía donde. Tampoco es para decir que esta película sobrevuela todas las demás obras, digamos, estéticas, pero sí que recoge los temas fundamentales de las obras artísticas.

Casi por último, otro gran tema que no debe esquivarse en la propia idea de filmar una peli es un elemento tan misteriosamente rancio como es el dinero. O, más exactamente, de la importancia que cada uno le da y que, así, determina su capacidad como garante de hacerle feliz a uno. Que tampoco es una nimiedad precisamente.

Ah, ¡el amor! También tiene su cabida en este nuestro Número Uno, pero asoma con una sutilidad que es muy de agradecer de manera que, así, no cae ni en lo baboso ni en lo frívolo. Bravo por ello.

En aspectos más formales, es justo y necesario llamar l´atención sobre la forma en que los personajes expulsan sus palabras: la capacidad de enervarnos por parte del personaje principal no reside tanto en las frases absurdas que va soltando sino en el tono arrastrado, nasal y cansino con que s´expresa, en contraste con el discurso ágil en unos casos y sensible en otros durante la participación de los personajes en la película.

Hablando de intérpretes, gusta destacar los caretos de la troupe que s´encarga de grabar la película sobre la que trata esta película. ¡Es que uno tiene toda la cara director de cine, y otro, de productor, y otros, de montadores y demás miembros de un equipo de rodaje!
Por no hablar del supuesto excéntrico inventor de toda esta historia, que podríamos considerar hasta guapo, y de aquel que le sigue en la aventura, con su, volviendo a lo de antes, dicción sensible y forzadamente pausada. 

Tampoco hay que pasar por alto, en el guion, las réplicas y breves diálogos chispeantes de ingenio y, afortunadamente, de absurdo aunque también es verdad que ingenio y absurdo pueden combinar de maravilla, como en frases del calibre de ''I need to show my ass to sell this movie".

Por último, déjenme dedicarle una humilde apología a... al asco, sensación esta que, no me negarán ustedes, tiene su aquel. El asco o la repugnancia también aporta gracia y, de alguna manera, gusta decir que alguien o, por ejemplo, una forma de comer es, sencillamente, asquerosa. De repulsión también va bien servida la película.

No queremos cansar más. Sólo queda concluir con un piropo lejos de la magnificiencia: a ver quién es el guapo qu´encasilla The Disaster Artist en un género, en una etiqueta o en un canon al que están atadas casi todas las películas qu´en el mundo han sido. Esta es La Gran Excepción. Es decir: La Gran Obra.

domingo, 3 de marzo de 2019

LAS 50 PELÍCULAS MÁS GUSTADAS DE 2018 (VII) . . . . La 2ª y la 3ª

Antes de revelar qué joyitas se han ganado la plata y el bronce, El Cinéfilo Ignorante se pone lastimoso por las pelis que, aun siendo lo que algunos llaman buenas, se quedaron fuera de Las 50.

Ya dijimos que, en la lista del año anterior, se recopilaron nada menos que 100 y qu,´en esta edición, se han reducido a la mitad por razones ya expuestas en una entrada reciente d´El Blogocine.

Como es verdad que da penilla, recuperamos la centena. Así que ahí van todas de un tirón:



  51. APUNTES PARA UNA PELÍCULA DE ATRACOS (León Siminiani, 2018) 

  52. BERNINI (Francesco Invernizzi, 2018) 

   53. LA GRIETA (Irene Yagüe y Alberto García, 2018)

  54. SONGS OF REDEMPTION (Miquel Galofré y Amanda Sans, 2013)  

   55. 120 PULSACIONES POR MINUTO (Robin Campillo, 2017) 

  56. HITLER VS. PICASSO (Y OTROS ARTISTAS MODERNOS) (Claudio Poli, 2018) 

  57. GAUGHIN (Edouard Delouc, 2017)

  58. SIN AMOR (Andrey Zvyagintsev, 2017) 

  59. UN DÍA MÁS CON VIDA (Raúl de la Fuente y Damian Nenow, 2018) 

  60. GIRL POWER (Sany y Jan Zajícek, 2016) 


  61. EL ATAQUE DE LOS NAZIS (Frank Capra y Anatole Litvrak, 1943) 

  62. CUARTO PODER (Helena Lumbreras y Mariano Lisa, 1970) 

  63. NOS VEMOS ALLÁ ARRIBA (Albert Dupontel, 2017) 

  64. LADO B (Ricardo Yebra, 2017) 

  65. AL AMAN BARCELONA BEIRUT (Dania Saliba, 2017) 

  66. YULI (Icíar Bollaín, 2018) 

  67. BUENOS VECINOS (Hafsteinn Gunnar Sigurðsson, 2017) 

  68. MARY SHELLEY (Hafaa al-Mansour, 2017) 

  69. AINHOA. YO NO SOY ESA (Carolina Astudillo, 2018) 

  70. LAS ESTRELLAS NO MUEREN EN LIVERPOOL (Paul McGuigan, 2017) 

  71. BAL KAN (Krik Dumo, 2015) 


  72. STRAY (Dustin Feneley, 2017) 

  73. B-MOVIE (John Foxx, Karborn y Barnbrook, 2014) 

  74. CHIEN DE GARDE (Sophie Dupuis, 2018) 

  75. HERIDAS CONTRA EL OLVIDO (Raquel Agea, 2017) 

  76. NUEVE PASOS (Marisa Crespo y Moisés Romera, 2018) 

  77. UNA NOCHE CON JUAN DIEGO BOTTO (Teresa Bellón y César F. Calvillo, 2018) 

  78. MURILLO. EL ÚLTIMO VIAJE (José Manuel Gómez Vidal, 2017) 

  79. DERNIERS JOURS À SHIBATI (Hendrick Dusollier, 2017) 

  80. EL OTRO MANUEL – BOOKTRAILER (Manuel Bartual, 2018) 


  81. MIENTRAS SE ESPERA (Paola Villanueva Bidault, 2016) 

  82. SÁCAME DE DUDAS (Carine Tardieu, 2017) 

  83. PENE (Daniel Sánchez Arévalo, 2007) 

  84. COMO NUESTROS PADRES (Laíz Bodansky, 2017) 

  85. LLENAS DE VIDA (Agnès Jaoui, 2018) 

  86. ROTA N´ ROLL (Vanesa Benítez, 2017)   

  87. O GRANDE CIRCO MÍSTICO (Carlos Diegues, 2018) 

  88. VACACIONES CON MAMÁ (Eloïse Lang, 2018) 

  89. LA CASA JUNTO AL MAR (Robert Guédiguian, 2018) 

  90. LA FORMA DEL AGUA (Guillermo del Toro, 2017)
  91. TRES CARAS (Jafar Panahi, 2018)
  92. FINAL PORTRAIT / EL ARTE DE LA AMISTAD (Stanley Tucci, 2017)
  93. YES, GOD, YES (Karen Maine, 2017)
  94. MARTA NO VIENE A CENAR (Macarena Astorga, 2017)
  95. LA CIUTAT INTERIOR (Iso Luengo, Jorge Moneo Quintana, y Andrea Ballesteros i Beato, 2017)
  96. EL TALLER DE ESCRITURA (Laurent Cantet, 2017)
  97. EL MISTERIO DEL PADRE PÍO (José María Zavala, 2018)
  98. STANDBY (Charlotte Regan, 2017)
  99. LIVIN´ ON A FLY (Jordi Piulach y Lula Gómez, 2017)
100. 19´ 35´´ (Adam Selo, 2017)


Ya está bien, qu´está todo el mundo expectante ante la entrega de premios del podio, es decir, de los correspondientes a la 2ª y 3ª mejores películas de 2018.


2. GIRL (Lucas Dhont, 2018)

El Cinéfilo Ignorante se resiste a revelar el asunto principal de Girl. Si lo quieren saber, vean el tráiler, hojeen cualquier sipnosis de aquélla, preguntenle a quién ha tenido la gran fortuna de admirarla o, simplemente, prueben con los primeros minutos de esta maravilla. Para aumentar la intriga, describámosla como una película sobre sexo o, si lo quieren más suave, sobre género aunque, bien pensado, esto último suena más escandaloso. Más allá de las definiciones del caso,  hablemos de la maestría de los intérpretes, sobre todo, del tal Victor Polster, a la hora de aprender a hacer de lo que le pidan y a llevarlo a cabo de una manera que nos deja patifusos por su credibilidad. Aprenden a equivocarse en deportes, crianza, afectos, en la torpeza humana. Todo ello, para filmar una película inigualable, superior en lo emocional, extraordinaria en lo didáctico y, sencillamente, per-fec-ta en lo que se exige al mejor cine de la historia, no sólo de Bélgica.



3. BORG VS. McENROE (Janus Metz Pedersen, 2017)

De película sobre deportes, tiene poco, y, de película tenística, no mucho; de hecho, hay pocas escenas de tenis. Se la puede tildar de psicológica o, ampliando las miras, de drama. Uno de los protas parece serio, introvertido, calculador; el otro, espontáneo, descarado, temperamental. Pero cabría preguntarse quién de ellos responde a cada una de esas características, pues las cosas no siempre fueron ni serán así. En la infancia de cada uno, los dos personajes sufrieron lo suyo en cuanto a traumas y a malos ratos hasta formar sendas personalidades en el momento de sus más titánicos combates. La historia se centra, claro está, en Wimbledon, mítico partido en que s´esperaba la mayor entrega de los tenistas más celebrados del mundo. Son, como queda dicho, dos formas de ser que, a la hora de la verdad, se revelarán justamente como lo contrario que s´espera de ellos. Lo mismo que sorprende una obra maestra, que no se sabe por dónde va a salir. Así es lo mejor del cine sueco. Ya lo dice este blog: obra maestra.


viernes, 1 de marzo de 2019

LAS 50 PELÍCULAS MÁS GUSTADAS DE 2018 (VI) . . . . La 4ª y la 5ª

¡Esto está que arde! Entramos en el resbaladizo terreno de las cinco mejores películas del año. ¡Ahí es nada! Calmemos, sin embargo, los nervios, que ha crecido hasta un punto exagerado la expectación después de la entrega de Los Óscars y sólo quedan los premios mayores d´El Cinéfilo Ignorante.

Tranquilidad en las masas pues, que vamos con las estadísticas de las 50 Mejores de 2018 referidas a nacionalidades. Habida cuenta de que hay no pocos filmes que deben su hechura a más de un país, recurrimos a las informaciones contenidas en filmaffinity en cuanto a nacionalidad.

Así, los resultados son los siguientes:

1. Estados Unidos . . . . 8 pelis

2. Reino Unido . . . . . .  8   "
3. Francia . . . . . . . . . . . 7  "
4. España . . . . . . . . . . . 5  "
5. Argentina . . . . . . . . . 4  "
6. Italia . . . . . . . . . . . . . 3  "
7. Brasil . . . . . . . . . . . .  3  "

8. Bélgica . . . . . . . . . . . 2  "
Con una peli: Suecia, México, Polonia, Noruega, Líbano, Alemania, República Democrática del Congo, Austria, Portugal y Kosovo.

Nos sorprende no sólo que Francia  haya abandonado el primer puesto que acostumbra ocupar sino que este corresponda ahora a los Estados Unidos, pero ¿qué sería de las estadísticas sin este tipo de resultados? Asombroso, eso es.

Lo más bello es que estas listas reflejan con precisión aquello de que en la variedad está el gusto, ya que los 8 primeros puestos están copados por películas facturadas en países distintos y...

Es suficiente, gracias. El público está deseoso de plantarse ante la 4ª y la 5ª películas consideradas como las mejores de todo 2018.


5. COLD WAR 
(Pawel Pawlikowski, 2017)

Intentemos olvidarnos, que ya es mucho olvidar, lo buena buenísima que nos pareció Ida, obra del mismo director de la que ahora nos ocupa y pongámonos, así, en modo Ignorante. De esa forma, resultará más sencillo sentirse brutalmente impactado por todas, sí: todas, las imágenes de Cold War. Pertenecen a personajes redondos, todos ellos fuertes en su determinación ya sean luchadores, convenidos, rencorosos o simplemente malos, que también hay malos aquí. Sus palabras también valen su peso en oro pues son las justas. Sus acciones les llevan a extremos aunque las escondan en apariencias no siempre fáciles de adivinar. Así se hace una gran narración: a base de seres humanos impactantes. Nos ponemos en más modo Ignorancia: en el momento de ver la película, no era fácil saber qué estaba pasando exactamente, situación esta que se agranda, es decir: se enmaraña, en el desenlace. O eso sentía uno, imbuido en los irresistibles rostros de los protagonistas. Andan ellos entre las maniobras de los peores años de la guerra fría, sobre todo, para los habitantes de, por ejemplo, Polonia. Consiguen salir de ahí una vez hemos presenciado los magistrales momentos en que se refleja la adoración pública hacia el Camarada (o Papá, como ustedes prefieran) Stalin. Llegan a una nueva ubicación, cambian de oficio o, en gran medida, de la forma d´ejercerlo. Vuelven a quererse o a todo lo contrario. Mientras, ahí están las imágenes hipnotizándonos. ¿Que están en blanco y negro? No les hacen falta colorines, que así brillan más en los oscuros años en que transcurre la historia. Y ponte a temblar cuando piensas que, según el propio director, está contando la historia de sus mismísimos padres.
4. ROMA (Alfonso Cuarón, 2018)

...y ellas se juntan, pues he aquí otra película en blanco y negro que mira hacia atrás.
A Roma se le puede añadir, con todo el merecimiento, el piropo de que Lo Tiene Todo. ¡Ah! ¿El argumento? Bien es verdad que carece de una trama que, como le gusta al Cinéfilo Ignorante, recorra todo el film desde qu´empieza hasta que termina. Lo que pasa es que, durante el visionado, tampoco nos damos cuenta de ello; eso sucede cuando alguien nos lo echa en cara al salir del cine. Aquí, como en ninguna otro filme, funcionan los retazos o, si quieren ustedes, los microargumentos, que, sin gran aparatosidad, logran mantenernos en vilo. Quizá la trama esté encarnada por la maravillosa protagonista o tal vez se personalice en la propia casa familiar en la que se desarrollan las historias. En ella se vive, además, la reciente Historia, la de las letras mayúsculas, de México, que, de por sí, ya es fascinante sin que hubiéramos estado nosotros viviéndola. No obstante, revivimos y removemos recuerdos de infancia, concretados en detalles que aparecen, de una manera mágica e imprevista, a lo largo de los más de 120 minutos de metraje. Quiérese decir, igualmente, que, a medida que avanza este, uno se lo pasa bien y, sobre todo, se pasa mal pero siempre con emoción y, más aún, con inusitado interés ante lo que les pueda ocurrir a continuación a unos personajes qu´el espectador va haciendo suyos de lo fácil que es identificarse con ellos. Ahí estamos nosotros. O, más exactamente, nuestra vieja y entrañable y difícil e inmortal infancia. Gracias, Sr. Director, por traérnosla de primera mano y tan perfectamente ambientada.

miércoles, 27 de febrero de 2019

LAS 50 PELÍCULAS MÁS GUSTADAS DE 2018 (V) . . . . De la 6ª a la 13ª

Se nos han pasado los Premios de l´Academia, sorprendentemente, más fastuosos pero tal vez más erráticos que la lista d´El Cinéfilo Ignorante, y eso que ya pasaron los tiempos radicales en que un Óscar casi equivalía a película que había qu´evitar.

No; ya se ha alcanzado Una Edad y no está uno para radicalismos demasiado visibles, al menos, en el campo artístico. Eso no quita proseguir y, ya de paso, terminar la enumeración cronológica de Las Películas Más Plasta de 2018, a saber:


YEAR OF THE MONKEY (Vladimir Blazevski, 2018)

ATILA (Bernard Laze, 2017)

MIEDO (Iván Boutazakht, 2018)

LINA (Dominique Barniaud, 2018)

UNO (Javier Marco, 2018)

SOBRE RUEDAS (Franck Dubosc, 2018)


Echamos mano de La Madurez para continuar con Grandes Películas del año pasado. Son media docena más:


12. CALL ME BY YOUR NAME
(Luca Guadagnino 2017)
 
https://www.youtube.com/watch?v=gzEyLe5gqFA

Un par de advertencias para quienes no han visto esta delicia: primero, que, esta vez más que nunca, eviten leer o ver críticas de la peli pues, casi inevitablemente, estas se apresuran a cometer el craso error de calificar relaciones personales; y, segundo, no sean tontos; quiérese decir: está hecha para público medianamente exigente y no para aquellos con los que no se puede hablar de la guerra de Siria. Tampoco hay que convertirse en un intelectual romántico o en un sesudo comentarista de cine, no: tan sólo hay qu´estar abierto a sentir. En efecto: se trata de una obra de sentimientos que cumple su cometido con creces: las vivencias íntimas van aflorando poco a poco de tal manera que se vive con gusto sentirse manipulado por el guion; se recrea con una nostalgia tácita una época en la que el momento del desayuno y muchos otros se aprovechaban para conversar y no para estar mirando cada uno su correspondiente aparato diábolico; afortunadamente, las definiciones que limitan los amores brillan por su ausencia, y, por último, el despertar, digamos, que ya es mucho decir, sexual se refleja de manera impecable, y qué mejor época que la de los calores y qué mejor escenario que una gran casa campestre en una Italia de aromas y de indolencia para situar una historia única con la que, sin embargo, muchos espectadores, admirados, se pueden identificar. Ah, y la variedad lingüística que dificulta categorizar a Call Me By Your Name como obra italiana, inglesa o americana. Bueno: dejémoslo en Europea.

11. EL VIAJE DE NISHA (Iram Haq, 2017)

Permítanle al Cinéfilo Ignorante que, por una vez en la vida, desvele (No había intención de juego de palabras, no) que, literalmente, el lugar de partida y el de llegada corresponden a dos mundos tan opuestos como Noruega y Pakistán. Entre ambas sociedades se desarrolla un recorrido que es para volverse locos. O, mejor dicho, loca pues la forma de ser de una chica se ve afectada hasta la raíz por las concepciones vitales de esas dos formas de pensar. ¿El resultado? Una profunda reflexión sobre la vigencia del machismo así como de la lucha que la propia Nisha quizá no sepa que es feminista. Sirve, pues, como documento didáctico, antropológico, filosófico y más adjetivos esdrújulos que no acertarán a acotar las dimensiones d´esta dramática historia, la cual tampoco se queda en el género que se le supone pues pasa con facilidad al campo del thriller. Es una película en la que son creíbles y casi imprescindibles Los Malos y en la que también nos hace falta que haya Buenos. Ambos cumplen su función al milímetro, pero llegan a sorprendernos tal vez porque no esperamos que los primeros sean tan inconscientemente malvados ni los segundos tan inocentemente bondadosos. En medio intenta sobrevivir Nisha, que se hace tan íntimamente nuestra que nos obliga a sufrir, llorar y a anhelar un desenlace más o menos feliz, o sea: lleno de libertad. Con ella se aprende, sí, y también se viaja por paisajes que en ningún momento les van a parecer monótonos.

10. ALMA MÁTER (Philippe Van Leeuw, 2017)


¿Qué tendrá un país pequeñito como el Reino de los Belgas para producir grandísimos largometrajes? A la chita callando, sí, porque pocos son los que tenemos la suerte d´enterarnos de que de allí viene todo género (je je) de obras cinematográficas de enorme calibre. Este año pasado tampoco supone una excepción. Aquí, el director Van Leeuw se muda nada menos que a Siria y allá escenifica una historia lamentablemente real; vamos: que, si no ha ocurrido tal cual, sí habrá vidas muy parecidas a lo que se cuenta en Alma Mater. En principio, la película impacta quizá por los vivos rostros y por los terribles sucesos que en ella aparecen; a continuación, casi se pueden olvidar en nuestro ajetreo diario, pero, después, pasando y repasando tráilers de las más de 100 películas que El Cinéfilo Ignorante ha visto en salas de cine durante 2018, surgen con inusitado ímpetu las imágenes de la familia damasquina que protagoniza la película que nos ocupa. Da pena decir que son muchas, muchísimas versiones de angustia las que se observan en los, a la postre, inolvidables rostros d´esta maravilla, pero es que es así. Que nos digan menos nombres de ciudades conquistadas, perdidas y vueltas a conquistar. Es mejor que nos ilustren con películas como esta poniéndonos en la piel de la desesperanza ante las privaciones diarias y el desconocimiento del origen de las proyectiles que sobrevuelan las cabezas de los protagonistas.


9. EL ÁNGEL (Luis Ortega, 2018)

Admitamos qu´el cartel ayuda sobremanera a destacar el valor que más se ha identificado con El Ángel, que no es sino el de La Estética. En primer lugar y mirando al, sin duda, atractivo muchacho de la imagen, se trata de un menor encantado de haberse conocido, cuidadoso con su higiene o, dicho de otra manera, con su apariencia personal. Ahí ven ustedes el revólver de turno, los trabajos del entonces glamuroso hábito de fumar y de, pase lo que pase y se haga lo que se haga, mantener el cigarrillo entre los carnosos labios. En efecto: estamos hablando de la esencia de lo cool, muy años setenta, pero de lo más moderno, y a ello contribuye la banda sonora que enmarca el mundo, a la vez, desafiante y colorido del post-hippismo. Ponte en una Argentina que todavía cree vivir una época dorada y ya tienes los ingredientes ideales para convertirse en ladrón sin que nadie sospeche nada. Aún hay más: tan luminoso es el escenario de iniciarse en el mundo de la ilegalidad que, de verdad, dan ganas de hacerse delincuente mientras se ve esta película o, para mayor exactitud, imitar la estudiada despreocupación que despide l´actitud del famoso Ángel. ¿Famoso? Pues sí: que, después de quedar impactado con este psicothriller vintage, corre uno a las enciclopedias ávido de curiosidad por saber cómo actuaba el otrora conocido como Carlos Robledo Puch, hijo de Cecilia Roth. Perdón: de Aurora Robledo Puch. Basado en hechos reales, que se dice.

8. NADIE NOS MIRA (Julia Solomonoff, 2017)

Relegada, no especialmente elegida por la crítica como uno de los mejores títulos del año, se presenta arrolladora por esta especie de blog esta maravilla de la concisión llamada Nadie nos mira. Es fácil evitar con ella los calificativos inmediatos o atribuirle nombres ligados a las relaciones sentimentales que se ven aquí, y también resulta sencillo quedarse perplejo de tal manera que, haciéndole caso a los comentarios de espectadores recién imbuidos del claustrofóbico relato, llega a uno a pensar que el exceso de realismo de la película supera a la propia realidad. Dicho de otra forma y como, en efecto, afirmaba alguien: ''La vida no es tan realista como esta película". Divagaciones aparte, no se pueden esperar sino cosas buenas si se empieza por un señor de mediana edad que, sirviéndose de un hijo entre los brazos, aprovecha para sustraer productos de primera necesidad de los estantes de un supermercado. Además, el sujeto es un actor argentino que se busca la vida en el laberinto de la ciudad de Nueva York. Ya hemos contado demasiado, pero es que se pretende elogiar el prometedor punto de partida. Después, vienen sucesos y más desventuras que aventuras. En suma, una oda al desencanto. Ha quedado más poético de lo que es tanto la vida como este filme que tan fielmente la refleja. 

7. HOME (Daniel Mulloy, 2016)

También inesperadamente surgió de las cenizas este cortometraje de los muchos que, a lo largo de 2018, se ha zampado el Cinéfilo Ignorante en salas de cine. Fue el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga ó CAC quien brindó la magnífica oportunidad de conocer los cortos merecedores de los Premios de l´Academia de Cine Británica y no se les ocurre otra cosa a los programadores que proyectar este casi mediometraje de 20 minutos en último lugar a continuación de una serie de brillantes obritas. Así consigue Home impactar todavía con más fuerza. Ahora bien: está condensado de tal modo que no, qu´es imposible adelantar nada. Sólo diremos que es un relato hacia atrás y que trata de la crisis de refugiados en Europa Occidental. Partan d´ese punto y esa componenda e imaginen el correspondiente mejunje a ver si llega a l´altura de esta historia a la par inimitable y arriesgada. O mejor: como dice un crítico sobre esta obra, Heartbreaking. Con Home, ese vocablo no encuentra traducción posible en español.


6. UNA RAZÓN BRILLANTE (Yvan Attal, 2017)

Vista dos veces en su integridad a lo largo de 2018, Una razón brillante o, en su más acertado título original, Brio gana más puntos en el segundo visionado. Ahora bien: ya en el primero impacta, como pocos, su inicio: la fuerza de la hipótetica sabiduría encuentra su escenario perfecto en los magnos salones de una facultad parisina de enormes dimensiones. Después, viene la sucesión de hechos, personajes y conversaciones que revelan una dicotomía constante: viejo y joven, rico y pobre, experto y novata, céntrico y del extrarradio, desengañado e ilusionada, francés de pura cepa y segunda generación. Es decir: parejas de contrarios que realzan la historia y enganchan a cualquier persona interesada en la lucha por no sólo triunfar sino, igualmente, salir lo menos trasquilado en el intento. Se merece todos estos rodeos esta película lo mismo que se merece el pedazo de actor que, una vez más, demuestra ser Daniel Auteil, omnipresente en el cine galo. Si se valora lo emocionante o, dicho con el adjetivo del que más se abusa para presentar películas parafraseando palabras de una crítica, Lo Conmovedor, ninguna de la cosecha del año pasado supera a Una Razón Brillante. Conclusión: que ustedes la lloren bien.