El Cinéfilo Ignorante se pone estupendo y, antes de soltar la siguiente decena de obras casi maestras, se decide, corriendo el peligro de verse aislado en la comunidad internacional, a enumerar una primera serie de cinco obritas que
a) le aburrieron soberanamente
a) le aburrieron soberanamente
b) le parecieron una estupidez con críticas elogiosas porque-lo-dice-todo-el-mundo, o
c) atentaron contra sus principios éticos fundamentales.
c) atentaron contra sus principios éticos fundamentales.
No será la primera vez qu´El Cinéfilo Ignorante se convierte en hater, siempre de baja intensidad, reconociendo que expresar aversión desata un interés inusitado entre el respetable.
Así pues, escandalícense los menos, horrorícensee los más y eleven sus hombros la mayoría, que ya están aquí, por orden cronológico, es decir: según se vieron el año pasado, las cinco primeras películas vistas en 2018 que pueden calificarse de bazofia, tostón o cosas peores:
TRES ANUNCIOS EN LAS AFUERAS (Martin McDonagh, 2017)
https://www.youtube.com/watch?v=jb51HxL1LmA
Así pues, escandalícense los menos, horrorícensee los más y eleven sus hombros la mayoría, que ya están aquí, por orden cronológico, es decir: según se vieron el año pasado, las cinco primeras películas vistas en 2018 que pueden calificarse de bazofia, tostón o cosas peores:
TRES ANUNCIOS EN LAS AFUERAS (Martin McDonagh, 2017)
https://www.youtube.com/watch?v=jb51HxL1LmA
LOS ARCHIVOS DEL PENTÁGONO (Stephen Spielberg, 2017)
https://www.youtube.com/watch?v=O2hdjbFkelE
FOXTROT (Samuel Maoz, 2017)
FOXTROT (Samuel Maoz, 2017)
ÑEÑEÑE (Manuel Bartual, 2014)
1945 (Ferenc Török, 2017)
WESTERN, FAMILLE ET COMMUNISME (Laurent Krief, 2017)
https://vimeo.com/254943683
https://vimeo.com/254943683
Es suficiente, gracias. Ya están volando algunos tomates en dirección a la gran cabeza d´El Cinéfilo Ignorante, que, capeando el temporal, anuncia las siguientes diez mejores pelis vistas en 2018 y así volver al buen rollo.
40. EL FIN DE ETA (Justin Webster, 2017)
Atención al título: se trata El Fin, no de la trayectoria sangrienta y sanguinaria, del acción-represión-acción. Por tanto, olvídense d´este preciso documental los que quieran ver asesinatos en directo, violencia por una patria o análisis de las raíces del mal. Céntrense en las negociaciones arduas, clandestinas, insólitas, protagonizadas por dos figuras centrales en este episodio de la Historia que no había manera de terminar. Sí que lo había, sí, y Justin Webster se luce a lo largo de más de 140 minutos en los que no sobra ninguno de estos porque hay que dejar hablar a todos los testigos.
Bienvenidos al dulce sabor de lo vintage o, mejor dicho, de antaño. Si a ello le añadimos la dulzura del Brasil tropical pero también del coloso económico que baila, trabaja y se estresa en el desarrollismo y en el consumo, nos adentramos en un mundo que nos gusta sentir como familiar. Familiar y cercano, pues las frases contundentes que se oyen en este corto documental no podrían encajar mejor en el mundo de principios del siglo XXI. Cambien televisión por internet, conviertan en jotapegés fotos de colores chillones y, a la vez, desteñidos, fielmente conservados en las imágenes recopiladas por Pedro de Andrade, y obtendrán un documento que casi nos atrevemos a calificar de clásico de la publicidad.
2018 ha sido un año de Las Mujeres y ¿qué mejor qu´este brillante drama pariente próximo del biopic para darnos cuenta de lo que vive diariamente una mujer de mediana edad en la selva de intereses en que se ha convertido Brasil?
Por supuesto: aquí no predominan ni el fútbol ni la samba, ni los políticos corruptos ni las elecciones peligrosas. Lo que manda en esta película son los sueños, siempre presentes en las existencias semihundidas de los brasileños que luchan cada uno por lo suyo; en el caso de ella, por toda su gente.
37. McQUEEN (Ian
Bonhôte y Peter Ettedgui, 2018)
De donde menos se espera, surge una obra didáctica, como ocurre con la biografía de la figura de Alexander McQueen, semioculto en la memoria de los años 2000 y desenterrado gracias a la narración pausada y creciente de un mano a mano en la dirección. Al final y después de una serie de impactos procedentes más del escándalo fashion que de los conflictos personales celosamente guardados, asoma, como en una detonación paulatina, el monstruo de la depresión que no es sino una fragilidad, presente allá donde, ya digo, menos se lo espera uno. Gracias, pues, por esta lección.
Podría haberse quedado en un telefilme de esos que sirven para adormecerse en una siesta sobresaltada, pero no: esta película radical, dotada de un inesperado barniz de thriller, empieza mostrándonos el mundo de los tribunales para, después, transportarnos al universo infantil que se tambalea entre padre y madre y, finalmente, a la violenta irrupción, una vez más, del pensamiento que manda en la sociedad. De hacérnoslo ver va la cosa y qué bien se desarrolla el desenmascaramiento. Así da gusto sufrir.
35. LAS GUARDIANAS (Xavier
Beauvois, 2017)
Las guardianas viene de la mano de un director que sí conoce y sí admira El Cinéfilo Ignorante y que hace, justamente, el cine que este considera como superior: inteligente, comprometido, chocante, ridículo, emocionante y variopinto pero coherente en personajes y en sensaciones. Batimos todo ello y lo dejamos disolverse en el contexto de una guerra mundial en la Francia profunda y... Voilà! Ya tienen ante sus ojos una película que incluso gusta más recordándola que viéndola. Claro: hay que empezar por verla y ya sólo falta volverla a ver.
34. LA GAVIOTA (Michael
Mayer, 2018)
Qué suerte la de aquellos a los que nos entusiasma la literatura; así se crean imágenes propias en nuestras mentes, se pone uno en la piel de personas que ni siquiera tienen cara e, igualmente, es capaz de hacer bullir en el interior los anhelos y frustraciones que le ha transmitido una cosa tan sencilla y tan difícil como la palabra. Pues bien: el milagro se obra cuando los valores literarios se viven a lo largo de un par de horas de obra cinematográfica. Pudiéramos recurrir al recurso de que Esto es Un Clásico, de los de verdad, pero no vale: estamos ante una obra que, a pesar d´estar ambientada en los coletazos del siglo XIX y en la Rusia de los zares, nos zambulle en un torbellino tan actual como es el peso y el precio de la fama o, más bien, del que la persigue como una solución a todos los males del aburrimiento humano.
33. NO TE PREOCUPES. NO LLEGARÁ LEJOS A PIE (Gus
van Sant, 2017)
Este producto del maravillosamente irregular Gus van Sant podría quedarse en un lucimiento del glamuroso Joaquin Phoenix, que lo es, ya que el muchacho lo borda de principio a fin. Pero llega a mucho más: el espectador se ve sometido a unas sacudidas en las que se bascula entre la caracajada por un lado y, por otro, las lágrimas no de alegría precisamente. A la vez, supone un homenaje tanto al arte actual como a la sociología del momento. Vamos, que se aprende de lo lindo con esta extraña recreación biográfica del dibujante John Callahan sin que nos dejen de irritar algunas de sus reacciones. Lo tiene todo para que cada espectador pueda encontrarse en muchas de las variadas temáticas de No te preocupes...
32. LOLA PATER (Nadir
Monèche, 2017)
Que a la mayoría de los críticos no le haya gustado esta inclasificable obra no le dice mucho al Cinéfilo Ignorante, que acudió a la sala de cine de turno con la expectación de consumir la correspondiente francesada. Se encuentra con un batiburrillo en el que, dentro de una búsqueda del pasado, termina por imponerse el tono dramático e incluso trágico, inevitable a la hora de querer y no poder aceptar las decisiones de las personas cercanas a la vida de uno. Tal complejidad se contempla con algo más que agrado en Lola Pater, a lo que contribuye poderosamente el rostro de Fanny Ardant. Aquí es donde se suele decir eso de actriz incombustible, pero es que, en este filme, se demuestra que es así.
31. EL REVERENDO (Paul Schrader, 2017)
https://www.youtube.com/watch?v=eIpybgL69fQ
No pocas películas han intentado sin éxito alguno plasmar lo atractivo del mundo del sacerdocio. Muchas de ellas se han servido de lo grandioso, en lo que cabe, por ejemplo, la Capilla Sixtina o el mundo milagrero. Aun así, dejan indiferentes. Pero, en vez de servirse de la monumentalidad, El reverendo recurre a la extrema sencillez, la misma que se respira en una habitación en absoluto decorada y en la que el siervo de Dios ha de pasar gran parte de sus horas. Frente a esto, se levantan las pasiones del mundo actual: hay ordenadores, hay internet, hay activistas del ecologismo y ansias de querer curarse por medio de consuelos venidos de alguien que se tiene por sabio. No le hace falta más a la escueta historia para, por momentos, trastornarnos, y, en algunos minutos, hasta despertar una vocación religiosa para, finalmente, asestar una bella puñalada que es toda una incógnita. Un prodigio.