El cartelazo |
Después del tumultuoso certamen de Málaga, Cine en Español, le toca el turno al FIJR. Perdón, ¿cómo dice? ¿Fíjer? ¿Fijer? Suena a palabra árabe, ¿verdad? Bien; pues, si no se han animado a articular el palabro, tienen ustedes que torcer la vista a la derecha y comprobar en el título a qué viene esa impronunciabilidad.
El primer contacto con el FIJR de marras se produce el día previo al de su clausura, cuando el dueño d´esta especie de blog se acercó al flamante Centro Federico García Lorca de la capital granadina, sin posibilidad, entonces, de asistir a la sesión que tocara, pero sí cumpliendo el propósito de saber de qué va esto del FIJR y, de una vez por todas, aclarar a qué hora empieza mañana el evento (¿Así está bien? El Evento) ya que tenemos distintas versiones horarias: la de la página web d´este Festi y la información ofrecida por la prensa local.
Lo de el evento parece un poco irónico al comprobar que, dentro d´el enorme recinto d´el Centro García Lorca, el ambiente está algo mustio. No será por esto por lo que los empleados del mostrador del Festival muestran una simpatía que desmiente el tópico del carácter malhumorado de los habitantes de Granada y a fe mía que, oyendo el deje de aquellos, eran grana´ínos de pura cepa.
Pero no será por merchandising porque, del F.I.J.L. o como s´escriba, se pueden comprar unas bolsas, dicho en idioma local, mu apañás y hasta chapitas que son de lo más collejo, ambas con motivos del certamen. Uno pregunta por la cita del día siguiente y va y le regalan una invitación para la clausura. A to´ esto, hay que decir que sorprende el Centro escogido como sede más importante del Festival. Para empezar, la entrada exterior se presenta sobria y mayúscula a la vez y de un flamante blanco. Ya dentro, la tienda del, ejem, espacio cultural invita a llevarse algún que otro libro relacionado directa o remotamente con nuestro Federico. Vamos, que habrá que volver hasta sin festival.
El boca a boca |
Asoma la mirada el Ignorante al tiempo que, con todo el orgullo, muestra su invitación al chico que hace como que vigila en la puerta d´este salón que aquí llaman Teatro. Los ojos del Cinéfilo se transforman en platos porque, de no haber visto un alma el día anterior y acordándose de que la prensa local de hoy no le ha dedicado ni una sola línea al acto además de informar malamente del horario en su ejemplar del día de ayer, ahora comprueba qu´el local presenta una cantidad de público más que considerable.
Lo primero que se piensa es: ¿cómo se ha enterado de lo que pasa aquí toda esta gente que, aunque no llena por completo el aforo del local, se puede afirmar que ha acudido casi en masa al Centro García Lorca? Digamos que, a ojo de buen cubero, habrá, entre estos cuatro muros, por lo menos, 300 espectadores, que, aparte d´estar todo el santo día liados con lo que llaman redes sociales, han puesto en marcha el boca a boca.
Cuando se recorre la espaciosa sala para buscar un asiento cerca del escenario, se observa que no sería d´estrañar lo que se ha dicho de las redes sociales a juzgar por las pintas del personal y disculpen ustedes los prejuicios con respecto a las apariencias. Pero es que, aunque hay de todo, se divisan numerosos representantes de la juventud de modernos rapados, y de locos y bellos pendientes, es decir, gente peculiar y amante de la cultura que no se sabe muy bien de dónde ha salido en esta ciudad tradicionalmente tomada como conservadora.
No pasa nada, que todo eso puede ser hasta bueno. Mientras tanto, el espectáculo va a comenzar. Sobre el escenario, presentan la función diversas personas que s´expresan de un modo que los grana´ínos de toda la vida definirían como fisno. Pero dejemos las disquisiciones que nos llevarían a un conflicto regional con respecto al atraso de algunas provincias y centrémonos en la gala en sí.
¡Qué vestido más original tienes! |
Porque se trata de una gala con actuación festivomusical y todo. L´artista es una chica de inconfundible acento italiano que baila, canta, hace gorgoritos y suelta alguna gracia como la de incitarnos a pronunciar rápidamente el mismo nombre del Festival, o sea: el FJR, que, para ella, suena como un FRRRR. Ahí está ella levantando la pata a lo Lina Morgan a base de sacarla de su clásico-pero-vanguardista vestido de negro azabache del que penden objetos no identificados.
L´actuación dura lo justo para dejarle tiempo a la exhibición de unas minipelículas o, más bien, minicortometrajes frente a los qu´el que les escribe se reconoce más Ignorante que Cinéfilo. Pero es que, en verdà, esos minicortos ¡están muy bien! El tiempo de duración de cada uno debe ceñirse a un máximo de 30 segundos así que figúrense cómo pueden ser la introducción, el nudo y el desenlace de cada uno de ellos. Tras ver unos cuantos con toda la atención posible a la vez que se intenta captar fotográficamente alguna imagen, es fácil hacerse a ese formato, con lo que hay momentos muy específicos, en alguno d´esos miniloquesea, que hasta parecen largos. Si una imagen dura más de un segundo y medio, ¡puede hasta cansar!
Gotas caen |
Todo es arte |
Todo vale |
And the winner is... Acá la ceremonia es más modesta que en Jólibus e incluso qu´en el Festival de Málaga, lo cual nos sienta bien si queremos tranquilidad. Sí que resulta un poco extraño qu´el chico Manuel, el director premiado en una de las categorías, ya tenía preparado su discurso de ganador, así que sube a recoger su reconocimiento chuleta en mano, la cual procederá a leer muy contento. Ahora bien: las cosas, como son, que su película Volar es una hipnótica mezcla de imágenes e sonidos que en absoluto ha cansado visualizar por segunda vez.
Gracias, tío |
Estaría bien disponer de todo el tiempo del mundo y dar rienda al amor por cualquier tipo de lista cuantificadora haciendo un ranking de los minicortos incluidos en cada uno de los premios, pero, por desgracia, va a ser que no. Ya, sin más dila(ta)ción, nos vamos a la película Lo que dirán, que, a ver si, con su más 60 minutos de metraje, ahora nos va a resultar eterna.
Con su cartel y todo |
Empezamos (muy) bien |
Qué difícil reseñar esta película, bien planteada, mejor desarrollada, insuperablemente montada, sin caer en un casi inevitable spoiling así que habrá que desvelar que la gran mayoría de los minutos son para los diálogos y soliloquios de dos chicas musulmanas. Pero no se vayan ustedes a creer que todos los que profesan el islam son lo mismo. Aquí se ve que para nada y ahí está la riqueza de cualquier manifestación cultural o religiosa.
La rabiosa actualidad |
Globalizándose |
La différence c´est la force |
Ca´ una es ca´ una |
Concluyendo: considerando sus muchos altos y sus pocos bajos, El Cinéfilo Ignorante decide otorgarle a Lo que dirán un conjunto d´estrellas bastante apaña´o:
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A continuación, viene el consabido debate y tengan ustedes la seguridad de que este es uno de los coloquios que más apetece seguir, idea que no parece compartir una buena parte de la concurrencia, que decide abandonar la sala esperemos que por aquello de que son más de las 10 de la noche de un domingo, además, no demasiado apacible en lo meteorológico.
¿Me veis bien? |
En efecto: una de las interpelaciones deja fuera de juego no sólo a la propia directora sino también a la mayoría de los asistentes. Le preguntan a Nila que si, alguna vez, ha hecho cierta cosa que es una de las costumbres sobre las que giran no pocas de las réplicas y contrarréplicas recogidas en la obra que acabamos de ver. Una pista más: que si, con esa acción, ella se ha puesto en la piel o, mejor dicho, en los zapatos de las dos protas.
Al final de la charla, despedida y cierre. Se ha terminado este efímero festival, que, ay, no se ha podido seguir como se debiera. Pero algo es algo o incluso más que algo porque asistir a la entrega de premios ya es bien representativo y, en el día de hoy, ha resultado muy placentero.
Antes de marcharse del Centro Federico García Lorca y sin querer ponerse demasiado plasta, el Cinéfilo Ignorante mantiene un distendido diálogo con la mismísima Nila Núñez, quien, muy amable ella, transmite toda la ilusión del mundo por hacer cine y todo lo que ello conlleva, es decir, dedicar tiempo a labores promocionales, de las que siempre anda quejándose algún que otro profesional del gremio ya vencido por los años. Pero, según su expresión facial y sus frases llenas de ilusión, Nila está encantada de haber creado Lo que dirán y de darlo a conocer mientras nosotros estamos contentos al disfrutarlo y difundirlo.
Esos ojos negros |
Esa forma de mirar |