Lo hemos dejado para esta recta final de Las Películas del 2019 y es el peliagudo tema de... Las Series. De nuevo, pobre Cinéfilo Ignorante, que se queda sin vida social y sin animadas conversaciones que tratan de series, series y más series.
Él no ve series. Le gustan las películas. Le chiflan las obras audiovisuales que empiezan y se terminan y no que se extienden alargándolas ¿temporadas se dice? Le gusta, pues, poder decir "Me voy al cine" y, cuando ha vuelto, ya ha visto la pieza que buscaba sin pasar a la siguiente parte, capítulo o continuación.
Antes, cuando no estaban de moda, también había series. Nos acordamos de La casa de la pradera o incluso de Dallas por no mencionar las españolas de la época, buenas, malas y regulares de la vida catódica. ¿Volver a la televisión? Pues... no, gracias. Ah, ¿que todavía hay gente que ve la televisión? Hayla. Y hasta parece que se paga por tener canales (¿O es plataformas el palabro?) cuyos nombres se repiten hasta la extenuación.
Son argumentos que le bastan al autor de esta especie blog. La obra compacta, como un libro o una novela. La obra relativamente breve, sin continuaciones ni muertes de personajes porque al actor no le gusta el nuevo contrato. Las películas. Las pelis. Los cortos. Los reportajes de una vez.
Es suficiente, gracias. Volvemos al buen humor con un trío de maravillosos títulos que nos dejaron boquiabiertos durante 2019.
La película de la que habla todo el mundo, especialmente, a raíz de la lluvia de premios que le ha caído en los Óscars 2020. Sí: esa, a la que s´enfrentó El Cinéfilo Ignorante con todo el distanciamiento del mundo dadas las bazofias que se ha tragado procedentes de Corea del Sur y que gran parte de la crítica presentaba como excelsas obras. Aquí hay que olvidarse d´ese solapado racismo y dejarse llevar, transportar e incluso trastornar: que, al principio, no pasa nada, que son dos familias, dos hogares, dos formas de ambientar las viviendas, tan distintas que se va viendo que van a chocar, pero ¿con un plan tan milimétricamente trazado que no tiene en cuenta factores exteriores? ¡Ah! Es que, aquí, lo inesperado también forma parte de la lógica, y llega un momento del metraje en que el espectador va de sobresalto en sobresalto a cual más gozoso. Entre ellos, no se podía esperar la irrupción del underground tal cual, cuando la eclosión de este rompe esquemas y hace que afloren cinco o seis o siete géneros cinematográficos con toda la fuerza del cine ¿de culto? No, no; que esto lo disfrutan como posesos tanto palomiteros y como culturetas frikies (con perdón).
No se vayan a pensar ustedes que, porqu´El Cinéfilo Ignorante compartiera con los protagonistas de Las Herederas la charla de sobremesa tras un desayuno en el hotel donde pernoctaba el equipo fílmico en el Festival de Gramado, esta inetiquetable obra se ha aupado hasta un puesto tan meritorio, no. Que le ha encantado a todos aquellos, muy lejos del Rio Grande do Sol brasileño, a los que les ha pedido opinión. Es la película de las intimidades ocultas, del misterio deshonroso, del declive de los ricos venidos a menos, de un pasado que, antes o después, ha de aflorar. Lo material: las señoras de cierta edad y caras de pasmo que, mira por dónde, se ponen a trabajar de taxistas si hace falta, se sienten desamparadas hasta que llega una criatura y las despierta, y se ven forzadas a vender los muebles sagrados hasta un punto en que es La Casa la protagonista de la historia. Es un relato sutil, casi pudoroso que, sin embargo, provocó hasta un incidente en la Cámara de Senadores de Paraguay que homenajeaba -¡Qué menos!- a los protagonistas del largometraje. Hasta llegar ahí, hay que dejarse transportar y también trastornar por un juego de oscuridades y de entradas y salidas en el que los hombres pintan muy poco. Son ellas, como dice el director Martinessi, quienes "por detrás, están tejiendo la vida interna de la sociedad".
Él no ve series. Le gustan las películas. Le chiflan las obras audiovisuales que empiezan y se terminan y no que se extienden alargándolas ¿temporadas se dice? Le gusta, pues, poder decir "Me voy al cine" y, cuando ha vuelto, ya ha visto la pieza que buscaba sin pasar a la siguiente parte, capítulo o continuación.
Antes, cuando no estaban de moda, también había series. Nos acordamos de La casa de la pradera o incluso de Dallas por no mencionar las españolas de la época, buenas, malas y regulares de la vida catódica. ¿Volver a la televisión? Pues... no, gracias. Ah, ¿que todavía hay gente que ve la televisión? Hayla. Y hasta parece que se paga por tener canales (¿O es plataformas el palabro?) cuyos nombres se repiten hasta la extenuación.
Son argumentos que le bastan al autor de esta especie blog. La obra compacta, como un libro o una novela. La obra relativamente breve, sin continuaciones ni muertes de personajes porque al actor no le gusta el nuevo contrato. Las películas. Las pelis. Los cortos. Los reportajes de una vez.
Es suficiente, gracias. Volvemos al buen humor con un trío de maravillosos títulos que nos dejaron boquiabiertos durante 2019.
4. GREEN BOOK (Peter Farrelly, 2018)
https://www.youtube.com/watch?v=PNIQm6EBPuI
Sí: esta película se había estrenado el año anterior, pero, en esta especie de premios, ElBlogoCine habla, de títulos que pueden haberse concebido y estrenado en cualquier época. Dicho esto, se intenta estar al día y fijarse en demostraciones de talento actuales. Es el turno de Green Book, que, casi con toda seguridad, es La Película Más Simpática vista en 2019, un calificativo que procede, en primer lugar, por la forma en que se plasma la sanchoquijotesca relación entre dos personajes: uno, idealista, y otro, práctico; lo que uno tiene de rico el otro lo tiene de pobre, y, en lo constituye el tema central del relato, uno es blanco y su compinche de viajes, pues la cosa también tiene lo suyo de road-movie, negro. Además, uno, se declara heterosexual, y el otro, puede que otra cosa. ¿Se llevarán como el perro y el gato o, más apropiadamente, como el amo y el esclavo? No saquemos conclusiones apresuradas, que quien no la ha visto ya le está poniendo caras y características a uno y a otro personaje. Tampoco se puede imaginar cómo se pueden tratar temas tan transcendentes y tan trillados con un aire de comedia que, hasta en los momentos más graves, hace pasar de la risa al lloriqueo. Así pues: rían y lloren, y váyanse con una sonrisa.
5. PARÁSITOS (Boon Joon Hoo, 2019)
https://www.youtube.com/watch?v=cR05bEhbWAsLa película de la que habla todo el mundo, especialmente, a raíz de la lluvia de premios que le ha caído en los Óscars 2020. Sí: esa, a la que s´enfrentó El Cinéfilo Ignorante con todo el distanciamiento del mundo dadas las bazofias que se ha tragado procedentes de Corea del Sur y que gran parte de la crítica presentaba como excelsas obras. Aquí hay que olvidarse d´ese solapado racismo y dejarse llevar, transportar e incluso trastornar: que, al principio, no pasa nada, que son dos familias, dos hogares, dos formas de ambientar las viviendas, tan distintas que se va viendo que van a chocar, pero ¿con un plan tan milimétricamente trazado que no tiene en cuenta factores exteriores? ¡Ah! Es que, aquí, lo inesperado también forma parte de la lógica, y llega un momento del metraje en que el espectador va de sobresalto en sobresalto a cual más gozoso. Entre ellos, no se podía esperar la irrupción del underground tal cual, cuando la eclosión de este rompe esquemas y hace que afloren cinco o seis o siete géneros cinematográficos con toda la fuerza del cine ¿de culto? No, no; que esto lo disfrutan como posesos tanto palomiteros y como culturetas frikies (con perdón).
6. LAS HEREDERAS (Marcelo Martinessi, 2018)
https://www.youtube.com/watch?v=N94rjAndvjQNo se vayan a pensar ustedes que, porqu´El Cinéfilo Ignorante compartiera con los protagonistas de Las Herederas la charla de sobremesa tras un desayuno en el hotel donde pernoctaba el equipo fílmico en el Festival de Gramado, esta inetiquetable obra se ha aupado hasta un puesto tan meritorio, no. Que le ha encantado a todos aquellos, muy lejos del Rio Grande do Sol brasileño, a los que les ha pedido opinión. Es la película de las intimidades ocultas, del misterio deshonroso, del declive de los ricos venidos a menos, de un pasado que, antes o después, ha de aflorar. Lo material: las señoras de cierta edad y caras de pasmo que, mira por dónde, se ponen a trabajar de taxistas si hace falta, se sienten desamparadas hasta que llega una criatura y las despierta, y se ven forzadas a vender los muebles sagrados hasta un punto en que es La Casa la protagonista de la historia. Es un relato sutil, casi pudoroso que, sin embargo, provocó hasta un incidente en la Cámara de Senadores de Paraguay que homenajeaba -¡Qué menos!- a los protagonistas del largometraje. Hasta llegar ahí, hay que dejarse transportar y también trastornar por un juego de oscuridades y de entradas y salidas en el que los hombres pintan muy poco. Son ellas, como dice el director Martinessi, quienes "por detrás, están tejiendo la vida interna de la sociedad".